INSPIRACIÓN

Te levantas por la mañana en un mundo sumido en el caos, el color de tu vida se ha vuelto oscuro y una profunda sensación de soledad oprime tu pecho y te hace plantearte por qué está pasando esto. El aroma de la mañana otoñal, te recuerda que la calidez del verano ha llegado a su fin, que las hojas comenzarán a caerse y las flores ya no llenarán las calles. El frío comenzará a calarte hasta los huesos haciendo que sientas tus dedos entumecidos, siento la dulce agonía de que tu cuerpo refleje cómo se siente tu alma.

El día transcurre con normalidad, pasando ante tus ojos haciéndote sentir como un mero espectador de tu existencia, como una marioneta que en manos de su titiritero ve como se produce el desenlace de su obra sin poder hacer nada por evitarlo, a pesar de su profundo deseo de cortar los hilos que la unen a él.

Pero llega el momento en que levantas la cabeza, con la resignación propia de ese instante; miras, pero sin mirar, al horizonte y algo ocurre, el sol te despierta de esa pesadilla en la que sientes inmersa tu alma, con todos los vívidos colores con los que arde el cielo del ocaso y que evocan en ti recuerdos pasados. Una bandada de pájaros cruza tu campo de visión y entonces ocurre…

Tu alma se libera de los hilos del destino, se siente ligera, casi puedes notar tus pies despegándose del suelo y como tus alas se despliegan para superar esa valla autoimpuesta, llamada miedo, que te limita e impide que alcances tus sueños. Sientes el aire frío en tu rostro, pero no te molesta, trae aroma a castañas y hierba húmeda, a libertad, a sueños cumplidos y deseos ocultos. Sentimientos que te hacen seguir luchando con cada aliento, para hacer realidad tus mejores pensamientos.

Sabes que el frío de la noche se acerca inexorable pero también que no es más que el preludio de un nuevo amanecer; al igual que el invierno no es el final, si no el principio de un nuevo ciclo que dará paso a una nueva primavera con sueños cumplidos y nuevos por cumplir.

Luceros

Luceros

No hay noches oscuras si le tengo a mi lado, ni días claros cuando no está junto a mí.

Los segundos se hacen minutos, los minutos se hacen horas y las horas… eternos días que nublan mi mente al no tener su sonrisa, por no poder verme reflejada en sus ojos, al no escuchar su dulce voz.

 Ya lo dijo Bécquer hace años en su célebre poesía, “por una sonrisa un mundo”, pero eso es porque la tuya desconocía, tan dulce, tierna e inocente y, a la vez, pícara y divertida.

Sin lugar a dudas nadie conoció una dicha igual a la mía pues fui bendecida con despertar al lado de tu sonrisa cada día.

Y así despierto cada mañana junto a unos marrones ojos que escrutan en mi alma y sacan desde mi ser más hondo, la mejor versión de mí.

Hay también una voz dulce y tierna, una voz que susurra mi nombre y mi oído gentilmente regala, que me hace viajar a un lugar de sueños y sentir un gran bienestar.

Tres luceros tengo en mi vida, tres estrellas que a levantarme me obligan con cada salida del sol y me hacen sonreír aunque por dentro me sienta morir.

Sueños

En algún momento de mi vida soñé que soñaba que era capaz de realizar mis sueños, que era más fuerte de lo que pensaba y que en cada paso tú me acompañabas. Soñé que era feliz, que lo que pensaba podía decir, que la soledad solo era más que un mal recuerdo para mí. Soñé que agarrabas mi mano y que los pájaros nos arropaban con su canto. Soñé con la luna llena y con un manto de bellas estrellas, con la felicidad más absoluta y que mi corazón desbordaba amor por cada rincón.

Pero entonces desperté, sumida en la oscuridad, rodeada por paredes que limitaban mi soñar. Las ventanas cerradas, la puerta entreabierta, los sueños escapando por la rendija más estrecha. Como humo se fue y no pude hacer nada, pues ya llego el día y con él, el sol que la sombra dispersa y los sueños atraviesa.

Imagen de Dimitris Vetsikas en Pixabay

Encrucijada

Una vez más en mi vida, me encuentro frente a una encrucijada, un alto en el camino, un momento en que reflexionar y sopesar las posibilidades. Un instante en el que el pasado, el presente y el futuro vuelven a encontrarse.

El pasado, ya no tiene remedio, no se puede cambiar, es invariable y cada uno de los errores cometidos en ese tiempo, las decisiones tomadas, ya sean buenas o malas, te persiguen y no puedes escapar de ellas. Aunque te escondes e intentas huir de ellas hasta que te alcanza.

El futuro, siempre piensas que está lejos, que es incierto y que puede pasar cualquier cosa, pero cada decisión tomada con anterioridad, varían tu sino drásticamente. Es algo en lo que siempre piensas, que nunca alcanzas a vislumbrar  pero que siempre está ahí.

El presente, simplemente no existe, cada instante pasa rápidamente del futuro al pasado. Es efímero, abstracto, demasiado fugaz como para poder disfrutarlo, demasiado importante como para olvidarlo.

Y es en esta encrucijada en la que me encuentro, mi pasado me ha alcanzado, mi futuro se esconde de mí y mi presente es una locura…

A pesar de todo esto, de no saber qué hacer, del caos que reina en mi vida, voy a seguir adelante y voy a luchar por aquello que quiero, por lo que me importa. Porque, aunque el pasado me alcance, ya acabó; aunque el futuro sea incierto, qué más da, lo único que realmente importa es que nunca nos arrepintamos de ese paso que nos llevó desde el futuro al pasado, que nunca pensemos “Que hubiera pasado si…”, que vivamos cada pequeño instante como si fuese el último vivido. A pesar de la locura vivida, avanzaré de esta encrucijada luchando día a día, segundo a segundo…

Imagen de My pictures are CC0. When doing composings: en Pixabay

Freedom

Tus días parecen ser siempre igual,

por las noches casi no puedes respirar,

en la soledad de tu estrecha habitación

lo único que puedes hacer es llorar.

Más de sesenta días has pasado

viendo a las aves las calles tomando,

cómo la naturaleza se va abriendo paso

y las atestadas calles se han abandonado.

Pero no desesperes,

pequeño pajarillo,

pronto podrás volver

a lucir tu brillo.

Ahora de nuevo tus alas podrás abrir

y tu vuelo podrás alzar por fin,

tus sueños aplazados ahora alcanzarás

Y todo lo ocurrido en tu recuerdo quedará.

Ahora parece que la luz te ciega,

cómo al oso al despertar la primavera.

La brisa que antes te acariciaba,

ahora como cuchillos tu piel atraviesa.

Pero no desesperes,

pequeño pajarillo,

pronto podrás volver

a lucir tu brillo.

Los besos y abrazos que has añorado

de nuevo en tu vida volverán a estar,

retornarán a las calles las risas perdidas

y la historia un final feliz tendrá.

Esa oscura soledad del pasado

de tu mente al fin podrás borrar,

pues aquellos que tan lejos han estado

han dejado el mundo virtual.

Y finalmente llegó,

pequeño pajarillo,

ese feliz momento

de volver a lucir tu brillo.

Yo No Te Olvido

YO NO TE OLVIDO

Al igual que la oscura noche cae impasible sobre nosotros, así te alcanzó a ti el Olvido, cual león acecho a su gacela, depredador de mentes frágiles. Silencioso, observa entre los huecos del Tiempo, su fiel compañero, esperando paciente para cerrarse sobre su víctima. Al principio todo es una risa, “¿y las llaves? ¡Oh! están en el bolsillo” y decimos frases como esta sin imaginar que puede ser cierto: “Algún día vas a perder la cabeza” y entre risas el cerco se sigue estrechando.

¿Para qué los álbumes de fotos y las cajas de recuerdos? Todos aquellos momentos hermosos que alguna vez dijimos que eran inolvidables, nunca volverán a tu memoria. Ayer reías sobre los días pasados y me contabas como naci; hoy no reconoces a tus hijas, ni a tus nietos, a ninguno de aquellos que te quieren.

Pero no debes preocuparte, porque aunque el Olvido te haya alcanzado, yo recordare por ti cada momento que vivimos juntas, y cuando este también me alcance a mí, otros recordaran por nosotras.

Solo quiero que sepas que yo estaré a tu lado, todos lo estaremos, como siempre lo he estado, aunque ahora no sepas quien soy.

Sin Sentir

Dolor, rabia, cariño, aprecio… DECEPCIÓN… No sé que sentir cuando te veo o hablo de ti… no puedo odiarte, por ser quien eres; pero tampoco puedo quererte, por ser como eres… ¿Cómo puedo dejar de sentir? Quiero dejar de sentir la decepción cuando rompes mis sueños, me quitas mis esperanzas… cuando me mientes. Y es que ¿me has dicho alguna vez la verdad? Ya la engañaste a ella, porque no ibas a hacerlo conmigo, también a mí me has abandonado. ¿Qué es lo que se siente por alguien a quien no conoces? No sé nada de ti, solo sé como me has tratado, solo sé que si me has querido fue hace mucho tiempo. Y lo que sé es para mí razón suficiente para no querer sentir.

NO quiero sentir NADA, sólo quiero dejar de sufrir, si no me has dado nada… ¿Por qué debo dártelo yo a ti?

Imagen de Free-Photos en Pixabay

Cuando una libélula te toca.

Era verano y acababa de amanecer y como todas las mañanas Jacqueline salió a dar un paseo por la playa, últimamente las cosas no le iban demasiado bien, pero ella llevaba tiempo intuyéndolo, y tiene un buen instinto, pero hoy se había levantado con la sensación de que todo iba a cambiar. Se había puesto sus shorts vaqueros favoritos y una camiseta que marcaba su morena figura.

Se tumbó en la arena dejando que el agua rozara sus pies descalzos mientras ella disfrutaba de los primeros rayos de sol. Sabía que ese día todo cambiaría y así, mientras pensaba en cómo podían cambiar las cosas, una libélula de un vívido color azul se posó en su cabello del color del ébano. Definitivamente, todo iba a cambiar. En su pueblo había una antigua leyenda que decía que las libélulas eran mensajeras de las hadas y traían siempre buenos augurios para las personas que tenían la suerte de que ellas las tocasen, y ella había sido la elegida.

Se incorporó y permaneció sentada un largo rato y la libélula no se movía de su pelo, entonces escuchó una voz tras de sí:

-¿Perdona? -dijo mientras se daba la vuelta para contemplar con sus intensos ojos verdes al chico más guapo que jamás había visto.

-Decía que debe de haberte confundido con una flor.

Jacqueline se sonrojó, el chico tenía una  voz muy dulce y una sonrisa increíble; además, entre todas las penurias que había tenido que soportar, estaba la de su novio… bueno su ex-novio, ya que él la había dejado por otra chica hacía un mes y desde entonces no era capaz de hacer nada bien, por lo que pensó que era verdad la leyenda de las libélulas.

El chico y ella estuvieron hablando largo rato hasta que ella tuvo que despedirse porque tenía que trabajar, aunque le daba realmente mucha pena, pues el chico era encantador; pero al menos intercambiaron los números de teléfono, momento en el que la libélula salió volando frente a la mirada atónita de ambos.

Su nombre, Robert.

Mientras trabajaba en la tienda no pudo dejar de pensar en el chico, estaba muy contenta de haberlo conocido y eso se le notaba. En el trabajo dio lo mejor de sí misma y en ese día recibió grandes noticias, su jefe había decidido dejarla de encargada en la tienda, llevaba tiempo pensándolo, pero la había visto tan triste que había preferido no agobiarla. Su hermana, que vivía en un país lejano con su marido y su hija, le anuncio que en unos días irían de visita. Pero lo mejor fue que mientras se debatía en llamar o no a Robert, él la llamó y volvieron a quedar para la mañana siguiente en la playa.

Desde aquel maravilloso día, en el que fue tocada por la libélula, todo fue a mejor, su suerte cambio, conoció al hombre de su vida, la habían ascendido y su hermana le anunció que volvía a su pueblo natal.

Por eso ella ahora siempre tiene una sonrisa en su cara, incluso aunque las cosas no le vayan tan bien y siempre se para a observar las libélulas que pasan por la playa las mañanas de verano.

Comienzo

Esta será mi primera entrada, la cual tiene mucho significado para mí, no sólo porque por fin pongo en marcha algo que tenía parado desde hace mucho, sino también por la época en la que vivimos y en la que comenzar algo es aún más importante.

Aquí comienza mi camino, un camino que espero poder compartir durante mucho tiempo y con mucha gente, donde espero recibir vuestros comentarios (constructivos, por favor) y mejorar cada día.

Por último, gracias, gracias por leerme y espero que sigas ahí para la próxima entrada, de la que podréis saber más en cualquiera de mis redes sociales.

Imagen de Free-Photos en Pixabay